martes, 2 de septiembre de 2014

El OM de Bielsa va cogiendo la forma

Un punto en los primeros dos partidos frente a los 6 posibles siguientes. Tres goles a favor y cinco recibidos en las dos primeras fechas, mientras que en las dos últimas ha mantenido la portería a cero y ha visto puerta 5 veces. En los resultados ya se ve una clara diferencia entre el inicio de Ligue 1 del Olympique de Marseille y sus últimos pasos. Pero la mejoría va más allá, también se ha plasmado sobre el césped. No suelen ser sencillos los comienzos cuando llega un entrenador nuevo. Si, además, ese entrenador es Marcelo Bielsa, no es que lo favorezca. En el Athletic, no logró su primera victoria hasta la séptima jornada, antes de ella sólo había sumado 2 puntos de 18 posibles. También es cierto que aunque llegó a dos finales, en ambas temporadas en Bilbao acabó en mitad de tabla. No es fácil asumir y aplicar las ideas de un entrenador tan peculiar como Bielsa, es normal que lleve su tiempo. También se sumaron rumores sobre el descontento de Bielsa sobre el trabajo del club en el mercado de fichajes

En el inicio, lo más preocupante fue la debilidad que mostraba el equipo en la parte de atrás. Bielsa pronto estableció un nuevo sitema, el 3-3-3-1, con tres jugadores como teóricos centrales en los que rara vez alguno es, precisamente, un central. Romao, N'Koulou -el único central- y Morel son los que la han formado en los partidos oficiales, con sólo los primeros 45' de liga para Sparagna y la segunda mitad de esa primera jornada para un Lucas Mendes que ya se marchó a Catar. La segunda línea de tres de esta formación está compuesta por un mediocentro, Imbula, y dos carrileros, Dja Djédjé y Mendy. Por delante, tres jugadores de tres cuartos y un delantero. Bielsa ha utilizado este sistema en Bastia y en Guingamp, en la primera y en la tercera jornada respectívamente, cuando el equipo rival tenía dos atacantes por dentro, dos puntas o un punta con un segundo punta. También en el último partido contra el OGC Nice con el partido ya avanzado en la segunda parte, cuando Claude Puel pasó a jugar con dos delanteros. Contra un único delantero Bielsa ha optado por utilizar el 4-2-3-1.

3-3-3-1 del Olympique de Marseille

Las ya comentadas facilidades defensivas fueron en principal lastre del inicio de los de Bielsa. Fallos individuales, demasiados espacios atrás. Aunque estos problemas se evidenciaron también en la segunda jornada con 4-2-3-1. Y en la tercera, de nuevo con el 3-3-3-1, el OM ya se mostró más serio y concedió bastante menos. Tal vez el principal defecto de este sistema ha sido lo perjudicado que ha salido Imbula. Sin un mediocentro acompañándole, está demasiado sólo en el centro del campo, los contrarios lo aislan y cuando el Marseille sale desde atrás a los centrales les cuesta encontrar líneas de pase por dentro. Ahí el francés no parece cómodo.

El pasado viernes hizo el Olympique Marseille su partido más completo, en el renovado Vélodrome que dos semanas antes no estrenó de la mejor manera. Bielsa recuperó el 4-2-3-1. Es Romao el que cambia su posición para adelantarla hasta el mediocentro, donde acompaña a Imbula, y N'Koulou y Morel se quedan en el centro de la defensa. En la línea por detrás del punta, Thauvin ha sido el único que ha sido de la partida en los cuatro encuentros. Alessandrini -tititular en los dos primeros-, Ayew y Payet se han repertido los dos huecos restantes, siendo el ghanés y el ex del Lille los que formaron en la alineación que ha repetido por primera vez el técnico rosarino en los dos últimos fines de semana. Barrada, prácticamente un recién llegado, también va entrando ya en el equipo. André-Pierre Gignac mantiene su puesto de delantero centro a pesar de la llegada de Michy Batshuayi, que no llega ni a 90 minutos aunque siempre ha salido desde el banquillo.

Disposición del OM contra el OGC Nice

El OM-Nice mostró al Marseille de Bielsa más hecho hasta ahora, el que transmitió más sensación de control, el más equilibrado, el que mejor hizo las cosas. Empezando por la línea defensiva, que confirmó las impresión de mayor orden que dio en el Stade du Roudourou. Sin ser perfecta, ya no parece la defensa tan frágil y con tantos espacios para que el contrario combine a placer. Dos jugadores que notan el cambio de sistema son los dos laterales, que estuvieron más comedidos a la hora de incorporarse, menos de lo normal lo hizo Mendy esta vez y algo más Dja Djédjé.

                              3-3-3-1: Mendy y Dja Djédjé vs Bastia         Mendy y Dja Djédjé vs Guingamp

                      4-2-3-1: Mendy y Dja Djédjé vs Montpellier     Mendy y Dja Djé Djé vs Nice

Con los mapas de calor podemos observar que, como es normal, cambia su comportamiento, se reduce su campo de acturación. Sobre todo en este último contra el Nice los laterales aguantaron más su posición atrás, y Mendy redujo su presencia atacante más que nunca. Salieron beneficiados los defensa en la salida, no estaba solo Imbula por delante, tenían más opciones de pase, no se veía tan limitada la salida al exterior. Giannelli Imbula necesita un mediocentro a su lado para poder rendir al máximo. Ya estuvo bastante bien ante el Montpellier y volvió a demostrar que agradece tener un compañero en el centro del campo que lo libere para que saque su dinamismo, su verticalidad. Probablemente fue el día en el que mejor funcionaron. Florian Thauvin llegaba tras encuentros en los que estaba activo, participaba, encaraba, centraba... pero acababa eligiendo mal o simplemente fallando la finalización de su acción, pero en este consiguió su primer mejor y dio su segunda asistencia en la temporada. Sin embargo, aún tiene mucho margen de mejora uno de los jugadores con más potencial. Con Thauvin más pegado a su banda, Ayew y Payet permutaban más y mientras que el francés a veces caía a la banda, el ghanés se iba hacia posiciones más interiores. Gignac, que iba entrando poco en el juego, parece que ya va participando más. Otro aspecto colectivo a destacar del último compromiso del OM es la presión que se vio sin balón cuando robaba el Nice, en campo propio y en campo contrario, que provocó varias recuperaciones de balón. También asoman desde el banquillo nuevas caras como Barrada, que se estrenó como goleador, Batshuayi, que va a seguir con minutos desde el banquillo y siempre con esa opción de presionar a Gignac, o Alessandrini, que en su comienzo en el club ha dejado pocas cosas destacables. Y llega Dória, un central, que era necesario y debería tardar poco en acompañar a N'Koulou. Con muchísimo potencial, capitán de la selección brasileña sub-21 y que promete dar mucho que hablar.

Son todavía los primeros pasos del Olympique de Marseille de Marcelo Bielsa, pero el equipo ya parece darlos en firme y dar motivos para la confianza y la ilusión a la ciudad sureña de Francia que bañan las aguas del Mediterráneo. Aunque con el PSG uno o dos escalones por encima del resto, con un Monaco muy tocado y un OM que parece salir reforzado del mercado, las posibilidades son de clasificarse para la Champions incluso de manera directa, lo que sería un gran resultado tras no conseguir ni plaza de Europa League. En cualquier caso, aun queda mucho, tiene que seguir a más y confirmando lo visto. Bien lo sabrá Bielsa, al que en los partidos no se le ve sonreír más que cuando estrecha la mano del entrenador rival. Luego se va a su área técnica y se sienta en una nevera. O camina. Camina mucho. Da vueltas, gesticula, da órdenes, probablemente no en francés, pero como si convencido de que le entienden. Aunque para eso ya tiene a los ayudantes. No es extraño ver hasta cuatro rondando por el área técnica dirigiéndose a los jugadores.Y es que seguramente mientras yo escribo esto o mientras tú lo lees, Marcelo Bielsa está, probablemente en las instalaciones del OM, sin desperdiciar ni un segundo, pensando y trabajando para no dejar nada mínimamente descuidado.

 

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