sábado, 28 de febrero de 2015

Dos minutos que desataron el éxtasis

Habían pasado 77 minutos, el Dortmund había tirado 27 veces, estaba pasando por encima de un Schalke minimizado casi a la nada, estaba realizando tal vez la mejor actuación de la temporada. Reus estaba haciendo otro partidazo de lo que es, uno de los mejores jugadores de la Bundesliga. Yéndose casi cada vez que encaraba, produciendo constantemente, creando y finalizando él las jugadas. Kagawa, aunque menosim importante en la segunda, había hecho una primera parte acertadísima, acercándose más que nunca a su mejor rendimiento en el Westfalenstadion. Recibía por tres cuartos el japonés, a veces más cerca de la frontal, si era necesario se giraba, y encontraba facilidad para ver un hueco por el que colar un pase profundo. Más de uno de estos fueron para Aubameyang, siempre tan peligroso con esas rupturas, sean de fuera hacia dentro o de dentro hacia fuera, capaces de rajar las líneas defensivas. Mkhitaryan estaba respondiendo bien a su tiempo sin jugar por haber visto a Kampl superarlo. El armenio fue de menos a más, partido de banda como ya es habitual desde la segunda mitad de la temporada pasada. Los laterales estaban sumando. Schmelzer, continuamente sumado al colectivo en ataque, completó un partido notabilísimo. Kirch pasaba con nota su prueba en una posición a la que no está acostumbrado, solvente en defensa y con incroporaciones al ataque. La pareja turco-alemana que forman Şahin y Gündoğan y ocupa el centro del campo desde hace varias jornadas completaba, probablemente, su mejor partido. Ambos haciendo un poco de todo, responsables de lo rápido que recuperaba el BVB con mucho trabajo y participando en uno de lo mejores días del ataque posicional del Dortmund. En ningún momento se acusó la lentitud y falta de profundidad que tanto ha lastrado al equipo de Klopp cuando los centrales, mediocentros o interiores se veían con el balón en los pies y 9 o 10 jugadores rivales por delante. El Dortmund estaba superando las líneas de un Schalke que defendía con un 5-2-3 pero no tapaba ninguno de los muchos huecos por los que percutían los locales. Si hablamos de lo rápido de se volvían a hacer con el balón, hay que destacar los dos últimos hombres de campo, los centrales, Subotić y Hummels, liderados por un nuevo partido ilusionante del capitán alemán al que las lesiones tanto le están impidiendo encadenarlos con mayor frecuencia. Mats se adelantaba para anticipar cuando el balón se acercaba a su zona, Subotić permanecía por detrás por si tenía que actuar como corrector en la línea defensiva adelantadísima, y lo hacía con acierto, ganando cada duelo. El Dortmund seguía con su portería a 0 y Weidenfeller prácticamente sin trabajo, al contrario de lo venía sufriendo ultimamente. Es difícil decidirse entre si el Schalke no hacía casi nada o lo hacía casi todo mal. Sin poder detener el aluvión de ocasiones rivales y sin rastro de su juego de ataque, sólo un par de salidas con balón a partir del 65'.

Disposiciones iniciales

Habían pasado 77 minutos, el ambiente del Westfalenstadion seguía yendo a más, las gradas se movían sin cesar, los cánticos no dejaban de entonarse, pero, por increíble que le pueda parecer al que haya leído el primer párrafo de este texto y al que estuviera viendo el partido, el 0-0 inicial permanecía intacto en el marcador. Wellenreuther se había presentado infranqueable en cada ocasión que no era directamente desperdiciada por los desacertados jugadores locales. La posibilidad de que tanta superioridad acabara con un solo punto empezaba a rondar peligrosamente. Hasta que un pase de Mkhitaryan salía desviado, llegaba al área y lo recogía Aubameyang, ganando la posición, para ajustarlo al palo. Entonces estallaba todo aficionado del BVB, presente en el estadio o en cualquier parte del mundo, como soltando todo lo acumulado durante la temporada y recogido en el propio partido. El momento en el que la alegría invadía las gradas y se desataba la euforia, que se sentía que ya nada se pudiera torcer, que parecía que se venía esperando todo el curso. Y todo seguiría esa línea. Inmediatamente después de la celebración que quedará tan recordada de Aubameyang y Reus, Gündoğan, en una carrera por la banda derecha tras un robo de él mismo, metería un centro para que en el segundo palo Mkhitaryan sólo tuviera que empujarla para conseguir su primer gol de la Bundesliga, siendo felicitado y celebradísimo por todos por lo que supone como liberación para el armenio. Sería uno de los detalles que completarían una victoria perfecta, empezando por todas las buenas individualidades del partido anteriormente detalladas. Se sumaría a ella Reus, provocando un fallo que sería demasiado castigo para el joven Wellenreuther. Si sería una tarde importante para Mkhitaryan, como mínimo tanto para Nuri Şahin, que ha pasado por momentos tan difíciles los últimos años, y el derbi ha sido uno de sus mejores encuentros desde su vuelta, bien lo sabían todos en el banquillo, que lo felicitarían uno por uno, comenzando por el que más ha creído en él. Terminaba el partido y se veía a un Reus radiante, realmente feliz, disfrutando de la celebración, dejando claro, como hizo renovando en el momento más complicado de esta etapa, que se queda en Dortmund porque es donde quieren ganar y triunfar: ''No puede haber mejor sensación que esta''. La mejor racha de victorias de la actual Bundesliga se ampliaba a 4 victorias y en ese momento daba igual todo lo vivido las jornadas anteriores, era tarde de fiesta en Dortmund.

13 de 18 posibles y 13 goles en esta segunda vuelta, tras sólo 15 de 51 y 18 goles en la primera. A 8 puntos de Champions y 7 de Europa League, objetivos que se han declarado como lejos de la realidad actual del Borussia Dortmund hasta hace unos días. Lo que es evidente es que el BVB pasa por su mejor momento de la temporada, comienza a solucionar problemas que le perseguían desde hace meses y encara los meses decisivos del año impulsados por una victoria que puede ser un nuevo punto de inflexión, sobre todo en lo psicológico. Y justo ahora llega un partido de una importancia inmensa, el Dynamo en Dresden buscando los cuartos de final de la DFB-Pokal, la competición marcada como para disputar cuando se establecen los objetivos a principio de la temporada.