martes, 24 de junio de 2014

El continente menos goleador de Brasil 2014

Los equipos asiáticos son los que peor papel están realizando en esta gran Copa del Mundo de Brasil, los más decepcionantes, aunque tres de los cuatros han llegado a la cuarta jornada con posibilidades de clasificación a la siguiente ronda. Un problema común en las cuatro selecciones que representan al continente más extenso del planeta ha sido la falta de gol. Y sin gol no puedes sumar. Basta con echar un vistazo a las estadísticas para hacernos una idea. A 24 de junio, habiendo completado la fase de grupos sólo en los grupos A y B, las cifras son estas: las selecciones de la CONMEBOL, las sudamericanas, son las que más veces han visto puerta de media por partido, con 26 goles en una suma de 14 partidos, una media de 1'85 goles por partido. Les siguen las europeas, con una media de 1'68 que sale de los 49 goles en 29 partidos. La CONCACAF, con el mismo número de representantes que la AFC, ha hecho casi el doble, 13 en un total de 9 partidos, una media de 1'44. Los africanos, a los que también se les ha criticado bastante este Mundial, tienen una media de 1'18 goles por partido con 13 goles en 11 partidos. Y en último lugar se encuentran las de la AFC, las únicas que suman menos goles que partidos jugados, 7 en 9, media de 0'77 por partido. Sólo la República de Corea ha metido más de un gol por partido, las otras son 3 de las 11 entre las 32 de la Copa del Mundo que no lo han hecho.

Australia

Australia, futbolísticamente asiática, se preveía como la selección de las 4 que partía como más inferior en relación a sus rivales de grupo. Y la imagen no fue nada mala. Contra Chile, Tim Cahill creó muchos problemas a los centrales en el juego aéreo. Dejó una buena actuación sobre todo en la segunda parte, y disparó más que Chile, pero sólo pudo superar a Claudio Bravo con un cabezazo de Tim Cahill. Mejor aun fue su partido contra los Países Bajos, con una primera parte más que notable, buenísima, frenando a los de van Gaal y viviendo más en campo contrario. En la segunda rozó unos puntos de los que sólo les separó Depay. Perdió también, la igual que en la última jornada en un partido intrascendente ante una España también eliminada. Australia se marcha dejando sensaciones ilusionantes, una selección joven con futuro, pero en Brasil sólo pudo marcar en jugada a través del veterano mito Tim Cahill. Jedinak hizo el tercer gol desde el punto de penalti.

Japón

Japón es una de las decepciones del torneo. Keisuke Honda adelantó a los nipones a los 16' del primer partido y nadie ha vuelto a mandar el balón a la red. En el primer encuentro estuvo relacionado con un cambio de estilo, la renuncia a la tradicional forma de jugar japonesa que cada vez daba mejores resultados. Esperó en su campo a Costa de Marfil, hasta que salió Drogba y los marfileños en dos minutos dieron un golpe muy duro al combinado de Zaccheroni, dejando por equivocado el planteamiento del preparador italiano y dejando sin reacción a un equipo que recibió críticas. Kagawa y Osako dieron un nivel muy pobre. Okubo mostró algo más cuando salió y se ganó la titularidad para la segunda jornada. Y en el segundo no quedaba otra que recuperar lo que se llevaba practicando, era más obvio porque Grecia se encuentra más cómoda haciendo lo contrario. Recuperó la iniciativa y el balón Japón, pero no su juego y la manera de dar sentido a esa posesión, casi no encontró huecos en el repliegue griego. Osako se movió buscando participar más el juego y mejoró sus prestaciones del primer día. Honda tenía que bajar a recibir porque no podía recibir en tres cuartos. Nagatomo participaba en la banda izquierda pero Grecia lo tenía controlado. Ña esperanza que podía presentar la expulsión de Katsouranis al final de la segunda parte, la hizo desaparecer Japón con su actuación en la segunda parte. Siguió sin recordar a lo que se había visto anteriormente, algunos jugadores se apagaron, y se acabó usando a los laterales no para ayudar al juego interior, sino para colgar centros laterales, algo en lo que nadie apostaría que sacaría partido el ataque japónes y en lo que Manolas y Papastathopoulos lo superaron.


Irán

Irán es, probablemente, la que más elogios ha ocasionado. Aunque es la única que todavía no se ha estrenado. Sus mayores virtudes las ha mostrado en el apartado defensivo -sólo recibió 2 goles en los 8 partidos de la última fase de clasificación-. Un 0-0 en el primer partido contra una Nigeria con potencia y velocidad arriba a la que dejó sin espacios. Irán sólo disparó una vez a puerta y se echó en falta que Queiroz arriesgar un poco y mirara al final hacia el área contraria. En el segundo anuló a Argentina en mucho momentos, y esta vez no sólo dejó repliegue y cierre de espacios, en la segunda parte se animó, se estiró, ganó balón, utilizó muy bien los contraataques y puso en aprietos a una de las favoritas a la victoria final. Romero tuvo que sacar tres, y entre eso y la aparición de Messi en el descuento Irán se acabó marchando sin premio a una de las actuaciones más meritorias de la Copa.

República de Corea

La República de Corea es la única de la Asian Football Confederation con más de un gol por partido, tres en dos, que sólo le han servido para sacar un punto de sus dos encuentros. Paró bastante bien el ataque de la Rusia de Capello, pero en ataque el único recurso ofensivo era Son Heung-Min, él y Ki Sung-Yong fueron los dos mejores surcoreanos. Ki hace de todo lo que se le puede pedir a un jugador del centro del campo, pero no es de los cuatros de arriba, y ahí Son era el único que podía poner en aprietos al contrario. Son, partiendo desde izquierda, encontraba huecos por dentro para sus diagonales y conducir. Entró Lee Keun-Ho en la segunda parte, soltó un disparo desde lejos y Akinfeev ayudó a que entrara. A pesar de la falta de recursos con balón en la primera jornada, Hong Myung-Bo no preparó cambios para la segunda. En el primer tiempo, a la República de Corea de Corea le pasó por encima una Argelia más intensa, que le metió tres y no dio opciones atrás, haciendo que Son no fuera, una vez más, suficiente. Aun así, todo cambió tras el descanso, Son Heung-Min tiró del equipo, el conjunto asiático dio un cambio drástico y respondió a lo que se espera de una posible remontada. Además, Hong Myung-Bo dio entrada a Kim Shin-Wook y a Lee Keun-Ho, que aportaron más en un rato que otros titulares en mucho más tiempo. Todo eso le dio un lavado de cara al equipo, pero la larga diferencia, un gol de Brahimi en una de las pocas llegadas de los zorros del desierto y la falta de facilidad para hacer gol en las numerosas ocasiones que tuvieron dejan a la República de Corea, como a las demás selecciones asiáticas, en una posición más cercana al avión de vuelta al continente que al cruce de octavos.

lunes, 23 de junio de 2014

Son no fue suficiente

La República de Corea hizo este domingo en Porto Alegre una de las peores primeras partes de lo que llevamos de Copa del Mundo. Argelia le pasó por encima, le metió tres goles, Slimani fue demasiado para los centrales y los surcoreanos no les pusieron problemas. La República de Corea parecía aturdida, conmocionada, sin posible respuesta, pero, entonces, tras 15 minutos de descanso, también protagonizó una de las reacciones más inesperadas.
 
En la primera jornada quedó claro quiénes son los dos mejores jugadores de esta selección. No es difícil distinguirlos: ambos con el negro como color natural de pelo, pero con un tinte con diferentes tonos, con un castaño rojizo que por la parte superior se convierte en rubio, como si de transformados a Super Saiyajin se tratara para utilizar el máximo de su potencial. Ambos parten desde una posición bastante cercana, Son Heung-Min desde la banda izquierda y Ki Sung-Yong es el mediocentro -no posicional- del perfil izquierdo. Desde el comienzo, Son comenzó a coger protagonismo, agarró la pelota por dentro y se lanzó a conducir. Ki no tuvo tanta participación esta vez, pero fue clave al comienzo. Ambos se encargaron de producir uno de los mejores goles -aunque tal vez con algo de fortuna- de lo que llevamos de Copa. Ki mandó un balón larguísimo, y a Son se le ocurrió colocarse de espaldas para acomodarlo, se giró y, teniendo a Bouguerra detrás, con ese desparpajo que tiene amagó hacia ambos lados para acabar saliendo por la derecha, darse la vuelta y batir al portero. Con el 1-3 tuvo la suya Ki, soltando un zapatazo desde lejos, dejando muestras de su gran disparo, pero M'Bolhi fue capaz de mandarlo a córner. Son fue el mejor surcoreano. Y enseguida llegó el 1-4 en el que Ki no puede contener a Brahimi. Los cambios ayudaron, y podrían haberlo hecho más si no hubieran llegado tan tarde. Kim Shin-Wook entró a los 12' de la segunda parte pero su aportación fue tan buena que lo único malo fue no tenerla desde el principio. En poco más de media hora ganó más duelos por alto que nadie en este Mundial. Es clave en el 2-4, un balón largo de Kim Young-Gwon -un recurso varias veces utilizado- lo cabeceó, Son no pudo llegar a rematarlo, pero le cayó a Lee Keun-Ho que se lo puso a Koo Ja-Cheol para que lo empujara. Lee, en los dos momentos que ha tenido en las dos segundas partes, ha dejado un gol y una asistencias, participando en dos de los tres goles que ha metido sus selección en Brasil, los dos que se metieron cuando él estaba sobre el césped. Estos nos deja con la incógnita de cómo estaría ahora la República de Corea si Hong Myung-Bo no nos hubiese privado de sus participaciones desde el comienzo. En cualquier caso, Son fue el mejor surcoreano. Cada vez se fue más hacia dentro para tener más impacto en el juego, no se rindió, encontró espacio y huecos por el medio donde en la primera parte no los parecía haber, llegó, pisó área, lanzó los saques de esquina, las faltas, y acabó jugando detrás del punta, con Lee Keun-Ho y Ji Dong-Won en bandas. También representó la frustración cuando casi al final falló un pase al área y se tiró a golpear el césped, expresándose como ningún otro surcoreano. Son no fue suficientes. Pero la República de Corea no fue solo Son. Son no fue suficientes porque los demás recursos ofensivos no llegaron tarde. Tiene muy pocas posibilidades de pasar a la siguiente fase la selección que representa a la mitad sur de la península de Corea, pero al igual que cayó ante Argelia dando la talla y sin guardarse nada, queda esperar que si queda fuera de la Copa del Mundo lo haga de la misma manera.

lunes, 16 de junio de 2014

Aspirantes, reivindicaciones y el pasado presente

Comenzaba la quinta jornada de esta Copa del Mundo con una goleada de Alemania a Portugal que dejaba a los de Paulo Bento muy tocados por diversos motivos y adquiría aun más interés el choque que quedaba por jugarse del otro grupo para que ambos pudieran luchar por la categoría de aspirante. Estados Unidos contra Ghana, que les eliminó del Mundial 2010 en octavos y en el último partido de la fase de grupos del Mundial de 2006 también se impusieron los africanos en un encuentro que decidió el clasificado para octavos. Una Ghana que llevaba esperando esta cita 4 años debido a su cruel despedida de Sudáfrica. 

Comenzaba condicionado el partido por una fantástica acción individual de Dempsey que se convertían en uno de los goles más rápidos de la Copa del Mundo. Eso hizo a Ghana adueñarse del balón, pero se topó con una sólida selección estadounidense. Volcó su juego sobre la derecha, dando mucho protagonismo a Atsu, uno de los mejores del partido. Jones hizo un gran trabajo defensivo en el encuentro teniendo que ayudar en esa banda. También era arrastrado hacia ese costado Besler, sobre todo persiguiendo a un activo Asamoah Gyan. Y también se encontraba en ese perfil Beckerman, de los más destacados. Pero Ghana tenía problemas para hacer que Estados Unidos sufriera. En el otro lado del campo, dos de los mejores jugadores de la selección, Kwadwo Asamoah -en defensa de 4, no como suele jugar de carrilero en la Juve-, y André Ayew tuvieron muy poca presencia, en una banda en la que también  Y tampoco por dentro Rabiu y Muntari aportaban la solución. Muy pocas tuvo Ghana. El ataque estadounidense se vio resentido por la lesión de Altidore y el duro golpe que se llevó Clint Dempsey en la nariz. 


Con la exigencia en aumento para los ghanenses y, seguramente, la influencia del cansancio en los norteamericanos, los de Appiah mejoraron y los problemas para los de Klinsmann aparecieron. La línea de 4 se fue acercando más a los defensas y la solidez de Estados Unidos no fue la de la primera parte. Asamoah Gyan, el jugador que más sufrió la eliminación de hace 4 años y que todavía tiene una deuda pendiente con la Copa del Mundo, también fue a más, con movimientos, detalles, peligro, pero falta de acierto de cara al gol. Pero con un gesto técnico buenísimo dejó el balón para la entrada al área de André Ayew y que lo mandara directo a la red. Y estaba siendo uno de los que pasaba más desapercibido. Poco había mostrado con el balón el conjunto de la CONCACAF, pero le bastó con una jugada a balón parado, un centro de Zusi y un cabezazo de Brooks, que tras ver que le estaba dando los 3 puntos a su selección se lanzó a la carrera desorientado, como si no pudiera creérselo. Otro despiste atrás de Ghana, otra acción puntual iba a ser un palo del que ya no se podrían sobreponer. Tal vez otro castigo excesivo para Ghana. Lo que sí está claro es que es una victoria necesaria para Klinsmann, una pequeña reivindicación tras las críticas que ha sufrido, también en las últimas semanas tras dejar a Donovan fuera de la convocatoria, y un paso importante en uno de los grupos más complicados. Y con un gol de uno de los jugadores nacidos lejos del país al que representa esta selección. Ahora se verán las caras con una Portugal que llega sin dos de sus defensas titulares y sin su delantero centro, y con un gran lastre en forma de una diferencia de goles de -4. Y la alegre Ghana se juega ante la ilusionante Alemania en su debut el no ver esfumada a las primeras de cambio la oportunidad de redimirse del fatídico desenlace aquella noche en Johannesburgo.